LAS POSIBILIDADES DEL CERDO CRIOLLO

En cambio, siendo el cochino
tan pequeño y tan vulgar,
tiene -y que Dios me perdone-
más nombres que el santoral:
cochino, lechón, marrano,
chancho, puerco y... basta ya.
Oh, lectores respondedme,
decid con sinceridad,
¿no son demasiados nombres
para tan poco animal?

El Libro  de los Cochinitos:
Los Nombres del Cochino.
Aquiles Nazoa

Indudablemente que es el cerdo, uno de los animales que más curiosidad despierta en las personas,pero que también representa, a la par de la manla fama de la que se le ha rodeado, uno de las especies que más aha colaborado con el desarrollo de las sociedades humanas desde los albores de la civilización.
Al rededor del mundo, es una industria poderosa que genera millones de toneladas de alimentos en diversas presentaciones, a la par de que se le asocia con enfermedades, placeres, pecados, virtudes; a tal punto que es casi un personaje mitológico

VERDADES Y MITOS DEL CERDO

 A través de la historia, el cerdo ha pasado de ser sagrado a una abominación, dependiendo de la cultura que lo interprete. De ese modo que para asirios, caldeos, persas y babilonios, el cerdo era un animal para la cría y muy util, de un modo tal que podía ser considerado como un ser que los dioses habían entregado, por lo que lo ofrecían en sacrificio; para los egipcios, era un animal tan sagrado que no lo consumían por respeto; mientras que para los hebreos, era un ser inmundo y debía evitarse su consumo (Deu; 14: 3-8).Encontramos paises como China, en donde hace casi cinco mil años se cría y se consume el cerdo, siendo un factor importante dentro de su economía interna y soberanía alimentaria.
Más allá de lo religioso, al cerdo se le achacan innumerables males sanitarios que pacdece la humanidad, desde la transmisión de parásitos, hasta el aumento del colestrerol sanguineo. Sin embargo, se sabe que la tan temida cisticercosis, no es un parásito porcino sino humano. La transmisión de la cisticercosis depende de unas condiciones de cria extensiva sin cercas, ausencia de cloacas y de cultura sanitaria que orilla a las personas a hacer sus deyecciones al aire libre; donde finalmente, el cerdo hambriento se alimenta de heces humanas. Esto se combate facilmente con la implementación de medidas de manejo sanitario de los animales y queda interrumpido el ciclo de transferencia de los parásitos.
Por otro lado, la carne de cerdo contiene casi el doble (6-12 gr/100 gr de carne) de la cantidad de grasas totales de la carne de bovino u ovino (3-4,5 gr/100 gr de carne), sin embargo la mayor parte de estas grasas son mono y polinsaturadas, en mayor cantidad que las otras carnes rojas. Otro punto en contra son la alta concentración de sustancias nitrogenadas no protéicas (nitrógeno uréico, creatinina y ácido úrico), que pueden producir cirrosis, si se consumen grandes cantidades diarias de ésta carne.
Los nitritos y nitratos que son incorporados en la industria porcina para dar color a las carnes embutidas, son probadamente cancerígenas, lo que ha ayudado a dar una muy mala fama a la carne del cerdo.
Lo cierto es que la ausencia de normas sanitarias, el consumo excesivo de productos nocivos (embutidos, tocino, grasa) y la desinformación restringen el uso de una nutritiva y accesible carne.

CERDO AGROECOLÓGICO

La forma de cría, indudablemente que influye en la calidad y sanidad de los productos que de los cerdos se derivan. Cuando el cerdo se cría a libre pastoreo, sin cercas ni límites que lo contengan, al no conseguir alimentos, saca a relucir su capacidad de supervivencia y puede comer heces o carroña. Si se le cría del modo intensivo, donde se controlan todos los aspectos de la vida y desarrollo del animal, se puede garantizar que los animales que allí se crían, estan totalmente libres de patógenos ya que están en ambientes que se asean diariamente y son atendidos por un estricto plan sanitario; minimizando el riesgo de diseminación de enferedades. Sin embargo, se requiere de una inversión de capital importante para sostener una granja porcina de éste tipo, a parte de que la cantidad de agua que se gasta en limpieza y la marcada dependencia de los piensos o alimentos concentrados, hacen que la cría del cerdo sea más una cuestión de élite que de producir alimentos.
Surge entonces,la opción agroecológica. Los cerdos son buenos pastoreadores, por lo que se puede críar a semi-pastoreo, confinado en potreros con la debida rotación y en asociación silvipastoril, puede reducir sensiblemente el uso de piensos en la alimentación de los mismos. El uso de forraje verde hidropónico (FVH), se reporta que reduce el uso de piensos en la dieta de los cerdos en engorde entre un 20 a un 50%. Si es un sistema a silvipastoreo, usando especies como la moringa (Moringa oleifera), la morera (Morus alba), el yatago (Trichantera gigantea), entre otras; se puede ayudar a disminuir el costo de la inversión.
Si el encierro de los cerdos es con el sistema de cama profunda, en donde se les coloca un sustrato (que puede ser concha de arróz, pasto picado u otros), generando un colchón de unos sesenta centímetros de espesor; que las heces y la orina serán absorvidas por la cama y no genera olores, ni residuos que limpiar, lo que reduce ostensiblemente el uso de agua y se evita también la producción de aguas residuales y lixiviados contaminantes, a parte de que se puede compostar y producir abono.
Otra opción es la de instalar un biodigestor, que recoja las aguas con las heces y produzca gas natural y humus a partir de estas, que podría ser usado como fuente de energía en la granja y fertilizante.
El cerdo criollo, probadamente adaptado a nuestras condiciones ecológicas y que siempre ha sido criado a pastoreo extensivo, representa una importante oportunidad de producir proteina animal de calidad bajo un régimen agroecológico, con un gran significado a la hora de generar oportunidades para la construcción de nuestra soberanía alimentaria en nuestros campos e incluso, zonas periurbanas y barrios de nuestras improductivas ciudades.

Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único

espero que algún día te nos unas, y el mundo sea uno

Imagine, John Lennon